DIME Y LO OLVIDO, ENSÉÑAME Y LO RECUERDO, INVOLÚCRAME Y LO APRENDO. BEJAMIN FRANKLIN

ENTREVISTA A MI PROFESOR DE PIANO


Eduardo Mira Anzola nació en 1982 en Olivenza. La persona que más respeto y admiro y con la cuál paso la mayor parte de mi tiempo de estudio y él está haciendo que crezca musicalmente y como persona.
1.-¿Qué pensaba usted de pequeño que iba a ser de mayor?
Nunca tuve muy claro que quería ser de mayor. Me gustaban muchas cosas, y hasta que no tenía 14 años no empecé a pensar en dedicarme a la música de forma seria.
2.-¿Qué o quién fue lo que le empujó a ser músico?
No fue ningún momento en concreto. Se me daba bien tocar, y cada vez disfrutaba más haciéndolo. Aunque recuerdo con mucho cariño a mis profesores
de Grado Elemental y Medio, ninguno de ellos consiguió contagiarme el amor por la música. Fue ya algo mayor, con 19 años, al comenzar el Grado Superior, cuando mi profesor Alexander Kandelaki comenzó a ensañarme en qué consistía ser músico, amar la música y vivir en gran parte para ella. Cuando echo la vista atrás, creo que me llegó ese momento un poco tarde, pero me alegro de haberme encontrado con esa persona en mi camino, porque me ha hecho ser como soy actualmente en mi trabajo, en gran parte de mi vida, y me ha enseñado todo lo que sé.
3.-¿Has cumplido tu sueño profesionalmente, o esperas algo más?
Nunca he sido muy ambicioso conmigo mismo, ni he tenido una gran meta a la que llegar. Sin embargo sí que tengo muchos “mini-sueños” que se van cumpliendo en menor o mayor medida cada año.
-Como pianista poder seguir tocando y dando algunos conciertos. Es una satisfacción inmensa el poder tocar público y disfrutar de ello.
-Como profesor, que mis alumnos vayan mejorando. Es un sueño que se puede cumplir cada semana. Cuando en una clase un alumno toca una obra correctamente desde el punto de vista técnico y con expresividad me siento muy feliz y me motiva a seguir trabajando todo lo que pueda. El problema es que muchas clases a veces son más bien “malos sueños” (risas).
4.-¿Qué es lo malo y lo bueno de tu profesión?
Lo bueno es que es lo que más me gusta en mi vida. Cuando uno trabaja de lo que más le gusta es muy afortunado.
Lo malo… pocas cosas pero quizás es que hay que ser muy constantes y jamás parar de estudiar. Para enseñar música creo que hay que ser músico. Si en algún momento se deja de serlo no será tan buen profesor. Esto supone que hay veces que el estudio se hace duro, pero muy pocas veces.
5.-¿Cuál es tu compositor favorito y qué te gusta de él?
No podría decir uno. Los que más me gustan son los de la época Clásica y Romántica. Del Clasicismo me quedo con Mozart y Beethoven. ¡Por algo son los dos más famosos! Del Romanticismo Chopin y Brahms. Y lo que me gusta de ellos… simplemente es lo que más me emociona tocar y con lo que más cómodo me siento.
6.-¿Cuál es tu obra favorita?
Muchas de los compositores citados, pero hay una que no es de ellos y me encanta: “Cuadros de una exposición” de M. Mussorgsky.
7.-¿Crees que tiene futuro dedicarse a la música?
Uy… o en día parece ser que no tiene futuro dedicarse casi a nada tal y como están las cosas, jejejej. Sinceramente creo que sí. La opción más habitual es la de la pedagogía, que combinado con algunos conciertos es una estupenda forma de vida.
8.-¿Qué te satisface más, que te salga un concierto bien o que le salga a uno de tus alumnos?
Si hablamos de bien a secas, me satisface más tocar yo, pero si nos referimos a que un alumno toque realmente bien y haga música de verdad, la sensación se parece muchísimo a la que me produce el realizar un buen concierto personalmente.
Lo que sí puedo decir, es que sufro mucho más cuando escucho a mis alumnos en las audiciones que cuando toco yo. Suelo estar con bastante tensión cuando tocan y cruzando los dedos para que les salga lo mejor que puedan hacerlo.
9.-¿Qué tres cosas te llevarías a una isla desierta?
Un piano, un ordenador y una cama.
10.-¿Por qué te decían que eras un músico prematuro?
Realmente no lo he sido. Como dije antes, se me daba bien el piano, pero mis profesores no me exigieron mucho hasta que llegué al superior, y ya se sabe, cuando a uno no lo exigen, no da lo máximo a lo que puede llegar. Ahora, siendo mayor, pienso que me hubiera venido mejor si mis profesores en los primeros años hubieran sido un poco más duros conmigo.
VICTOR MANUEL SÁNCHEZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario